Ángeles Palacio

 

Psicóloga - Psicoanalista 646 35 65 43

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Dolencias son palabras no dichas J. Lacan 1953

Duelos

Hablamos de duelo para expresar el revoltijo de sentimientos, afecciones, emociones que nos afloran cuando hemos perdido a alguien amado, generalmente hace referencia a la muerte de un ser querido. Pero el duelo está presente en otras pérdidas, así por ejemplo cuando somos despedidos de un trabajo, somos abandonados por una persona querida, cambiamos de lugar de residencia, e incluso al confrontarnos con cambios vitales: el paso a la adolescencia, asumir la adultez o en el momento de jubilarnos.

Uno de los orígenes de la palabra duelo, hace alusión al “desafío”, a la “batalla” y podemos pensarlo así también, porque el duelo conlleva un estrés con el que las personas que los sufren tendrán que “hacer algo”.

El duelo requiere de un trabajo de elaboración psíquica sobre esto que nos afecta, y que no podemos aceptar ni entender; y que de no hacerse, dejará huellas que pueden afectarnos tanto a nivel corporal como a nivel anímico. Este trabajo no es inmediato, requiere un tiempo.

En estas pérdidas normalmente perdemos algo más de lo que a primera vista parece, no sabemos exactamente qué perdemos al perder a una persona querida o al ser despedidos, o al cambiar de país. ¿Qué significaba esto para nosotros? ¿Cómo nos sostenía en nuestra relación con los otros? ¿Qué estamos perdiendo realmente?

A veces este trabajo psíquico las personas pueden hacerlo por sí solas y/o en compañía de lo que les rodean, pero en ocasiones es necesario acudir a un psicoanalista para realizar este trabajo de duelo y que no quede congelado, obturado, con la consiguiente pérdida de interés por la realidad que nos rodea y con un coste importante en la propia salud física y psíquica.

Ángeles Palacio
Psicóloga-Psicoanalista

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