Ángeles Palacio

 

Psicóloga - Psicoanalista 646 35 65 43

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Dolencias son palabras no dichas J. Lacan 1953

Estados de ánimo

Ansiedad, depresión, angustia, estrés, fluctuaciones en la autoestima,
impulsividad, insatisfacciones excesivas.

En ocasiones nos sentimos atrapados por emociones que no podemos controlar: sentimos ansiedad, depresión, cambios constantes de estados de ánimo, nada nos hace sentirnos satisfechos, nada parece poder sacarnos de ese malestar que nos asedia repetidamente y que aunque, por momentos, nos sentimos mejor, vuelve a recaer con más fuerza, lo que no genera aún más estrés y la bola de nieve se va a haciendo cada vez más gorda. Estas emociones y sentimientos pareciera que tuvieran vida propia, no somos capaces de manejarlas y más bien
somos manejados por ellas.

Por otro lado las recomendaciones, consejos, que nos proponen nuestros amigos, la familia, e incluso la medicina con su respuesta farmacológica tampoco nos ayuda, nos alivia pero sus efectos son a corto plazo.

Desde el Psicoanálisis entendemos que la angustia, la depresión, la ansiedad, … son el reflejo de algo que nos pasa y que no sabemos poner en palabras, habita en nosotros más allá de nuestra conciencia. ¿Por qué a mí? Lo que sentimos es una señal de alarma, la respuesta que nuestra mente y cuerpo ha encontrado para decirnos ¡algo va mal!

Los motivos por lo que cada uno respondemos con angustia, ansiedad, tristeza, impulsividad son tantos como personas. Algunos ejemplos, para unos tendrá más que ver con el temor de perder algo querido, o por el contrario con no conseguir eso que tanto se anhela, para otros estará más relacionado con hechos que le acontecen y que les desbordan al no disponer de las herramientas psíquicas para pensar y actuar en consecuencia, y en la mayor parte de las ocasiones porque a veces nuestros deseos son contradictorios y nos encontramos en un callejón sin salida. ¿Cómo hacer lo que me apetece y a la vez no enfadar a mi marido, mi jefe, mi madre, etc…?

También es muy personal, porque unas personas tendrán más a tener respuestas que conducen hacía la apatía, la inmovilidad y en cambio otras antes situaciones de insatisfacción les lleva a la impulsividad, a actuar sin pensar,…

En todos los casos, se trataría, entonces, de atender a esta señal, indagar y ordenar los hechos, las palabras, los miedos, los deseos que sostiene, poner palabras a los silencios,… todo ello acompañado por un psicoanalista que sea capaz de escuchar esas señales y acompañarnos en el proceso para vivir mejor.

Ángeles Palacio
Psicóloga-Psicoanalista

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